Dos días en el Chaco profundo

Veterinarios Amigos del Impenetrable, un equipo con vocación solidaria
Doce veterinarios viajaron al paraje Roca, que pertenece al pueblo Fuerte Esperanza, en el noroeste chaqueño, para brindar asistencia veterinaria integral gratuita y concientizar sobre enfermedades zoonóticas, como la rabia, la brucelosis o la hidatidosis.
“La gratitud de la gente es muy emocionante y nos da más fuerza para volver”, expresa Sebastián Robledo, coordinador del grupo.
La vocación solidaria de un grupo de veterinarios desafía la intrincada geografía de El Impenetrable —cerca de 4 millones de hectáreas de bosques nativos, ubicadas principalmente en el noroeste de la provincia de Chaco— para brindar atención veterinaria integral gratuita y concientizar sobre enfermedades que pueden transmitirse de animales a humanos. Este fue el sexto viaje del equipo a la zona, en esta ocasión al paraje Roca, donde no existe atención veterinaria.
Tres animales domésticos por persona
Sebastián Robledo, coordinador de Veterinarios Amigos del Impenetrable, explica que el objetivo es asistir en zonas sin acceso veterinario y reducir la cantidad de animales abandonados, lo cual tiene un efecto ambiental directo al disminuir la transmisión de enfermedades entre animales domésticos, silvestres y humanos.
En esta misión participaron: Sol Bosch, Fabián Pernazza, Solange Aguirre, Javier Aranda, Victor Yulan, Eduardo Sudria, Sebastián Camaño, Andrea Santamarina, Melina Bogado, Hernán Niklas, Virginia Sian y Noelia Giménez.
En general, se estima que en El Impenetrable hay tres animales domésticos por cada persona, lo que incrementa el riesgo de enfermedades como sarna, pulgas, garrapatas, parásitos, hidatidosis y brucelosis (esta última, común por la cría de ganado caprino).
Educación ambiental y nuevas propuestas
Con el tiempo, el equipo fue sumando actividades: además de cirugía y atención clínica, también ofrecen asistencia a productores locales y talleres de educación ambiental. Uno de ellos, llamado “Conociendo nuestros animales silvestres”, promueve el cuidado de especies en peligro de extinción y protegidas por ley, como el yaguareté, el oso hormiguero, el tatú carreta, el muitú, el aguará guazú y el ocelote.
Comunidad y reciprocidad
El vínculo con las comunidades wichí, toba (qom), criollas y campesinas es un eje clave. La comunicación con caciques y autoridades facilita la confianza. “Muchas veces nos hacen regalos, amuletos, nos cocinan. Siempre hacemos nuevos amigos”, relata Robledo.
Los viajes se realizan con vehículos propios. Las donaciones permiten costear insumos, combustible y alimentos. Aunque reciben colaboración de municipios, el grupo no responde a partidos políticos, lo que fortalece su independencia y aceptación local.
Anécdotas del terreno
La geografía del Impenetrable es tan desafiante como hermosa. En una ocasión, el equipo quedó empantanado sin señal, y los pobladores acudieron a socorrerlos. En otra, el calor extremo obligó a enfriar a los animales recién esterilizados, algo inédito para estos profesionales.
Uno de los momentos más emotivos ocurrió cuando una comunidad wichí organizó un acto de despedida: entregaron a cada integrante del equipo amuletos de la suerte.
“La gratitud de la gente es muy emocionante y nos da más fuerza para volver”, resume Robledo.